
Pablo Carbone
Naufragio
Hay navíos que me conocen,
que me sugieren desde lo lejos,
que me perdonan gruesas imperfecciones.
Vienen enajenados,
altivos todos ellos
traen la muerte en los párpados y
un río temblando en las manos.
Si pudiera tan sólo precipitarme;
dejar salir mi voz en pulcros itinerarios,
entregarme, como una triste mariposa,
a la sombra de sus grandes ojos fijos;
todo sería menos confuso y verosímil,
todo volvería a su nutrida esencia
se restauraría la luna de su muerte lenta,
se callarían los trenes
y la selva enfermaría de tanta primavera
pero mientras aquello discurre,
seré laúdano para tu herida
paciencia amor mío
pronto abrirán las compuertas
y la mañana se llenará de infinitos latidos.
Felicitarlos por la iniciativa de esta antología, realizaré algunas reseñas de estos autores, si es que me lo permiten, desde luego. Otra pregunta, cuál es el patrón, el criterio, al cual obedece esta antología.
Saludos.
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Anonymous |
1:51 PM